martes, 29 de julio de 2014

MARCOS Y LA MUJER PEQUEÑA, de Luz Quinn

"Cuando el amor y el tiempo no logran formar más pareja que una des-pareja"

"Cuando pasen los años y  yo sólo sea un hombre que amó, un ser que se detuvo un instante frente a tus labios, un pobre hombre cansado de andar por los jardines, ¿dónde estarás tú?".
Anónimo

La acción dramática de la obra gestada por Quinn sucede en un pueblo que ha dado en llamar "El borde", nominación en lo absoluto casual puesto que a medida que transcurre el desarrollo de Marcos y... se van sucediendo cada vez situaciones limítrofes: entre el amor y el odio, la ciudad y el campo, la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, la niñez y adultez. Bordes esquizofrénicos que ubican al espectador en un otro "entre": entre la risa y el llanto, entre la empatía y la des-identificación. Apuesta actoral y autoral que permiten el involucramiento del público en lo acontecido escena tras escena.


En lo que a mi labor de crítica de obras teatrales respecta, este es la segunda oportunidad que tengo de presenciar una "dramaturgia de escena" (la anterior fue la obra de William Prociuk sobre "El deseo en el espejo"), concepto acuñado por Jorge Dubatti, en el cual se combina la dramaturgia de director, con la del actor y la de grupo.
Asimismo, Luz Quinn vendría a ocupar el lugar de "teatrista" (otro concepto de Dubatti), dado que remite al creador que no se limita a una tarea en particular sino que engloba en sí diferentes roles, a fin de manejar desde su "sí mismo" la totalidad o casi totalidad del conjunto de oficios escénicos. En Quinn encontramos entonces la sumatoria de la dirección escénica, la dramaturgia y la actuación. 


Es de destacar que en lo que a la actuación refiere, Quinn encarna no un personaje sino varios: Nélida, una madre desbordada y desbordante que aliena permanentemente a su hijo adulto (Marcos, interpretado por Francisco Oriol) al cual no permite crecer; una mujer demandante e insegura, que con sus reclamos autoritarios y posesividad inexiste a un marido que es incapaz de hacerse "presente" en escena (literalmente ausente); Lucía, una joven abandonada por su marido en plena luna de miel; Toni, un enfermero parco y distante que sin embargo será cómplice participante de la resolución del conflicto central de la obra: un amor no logrado, que se ha visto preservado durante toda una vida y que encuentra su punto cúlmine de concreción cuando ya todo se veía perdido. 


Marcos y ... tiene la particularidad de acercarnos conflictos cotidianos, que a cualquiera de nosotros bien podrían sucederles, sin embargo la nota distintiva es que se los presente desde un lugar quizás podríamos decir "exagerado", que generan en sí la incredulidad de los mismos, lo cual termina por aligerarlos, provocando no pocas risas en el espectador. Espectador que vez tras vez va siendo involucrado en las escenas, desde una apelación directa a través de la mirada de los actores, diluyendo la cuarta pared y generando un clima de familiaridad entre espectador/observado. Y una dinámica escénica que se propone permanentemente desde una dualidad lúdica de entradas y salidas, esta obra logra capturar la atención y el asombro del público.


Con una escenografía nada despojada, configurada de manera tal que verdaderamente vamos a encontrarnos inmersos en el living de una casa, la casa de Marcos. Un "hogar" (disfuncional por demás) que lejos está de tener algún signo de agiornamiento, dado que todos los objetos, muebles y decorados son claramente añejos: sofás y lámparas antiguas, fotos viejas con marcos dorados de época, "paredes" empapeladas con florecitas, etc. 

Todo todo ha quedado en el tiempo. Un tiempo que, ante una ruptura mortal, habrá de comenzar nuevamente a escuchar el "tic tac" de lo que no debe dejar de suceder. Estancamiento neurótico que sólo será disuelto cuando sus protagonistas, los "estancados", se resuelvan a dejar ir el goce, y avanzar... junto con el paso del tiempo.

Amores prohibidos, fuera de época, avanzados, pecaminosos, asexuados, lésbicos, que sin duda encontrarán en la imaginación de esta creadora una resolución feliz, como salida de un cuento de hadas.

                                      Zaira Marchetto





2 comentarios:

  1. Hola quisiera invitarte a ver nuestra obra, donde puedo mandarte la invitación?
    Saludos
    Alejandra

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